En la vida…

No es que todo ande bien
sino enfrentar lo que ande mal.

No es estar libre de temores sino contar con
determinación para seguir a pesar de ello.

Recuerda que cada día se acaba y trae un nuevo
mañana pleno de cosas nuevas y estimulantes.

Ama lo que haces, hazlo lo mejor que puedas
y siempre recuerda cuánto se te ama.

Enrique Mondragón

ENRIQUE MONDRAGÓN

Artista Enrique Mondragón

Como es sabido, los artistas reciben escaso apoyo en nuestro país, en particular los pintores, y tienen que luchar contra todo para exponer y vender su obra. Pocos llegan a la cúspide y algunos hubieron de morir para que sus cuadros o murales alcanzaran la fama.

El caso de Enrique Mondragón es de sacrificio y tenacidad: el pintor de la luz y el color —como lo califican sus colegas— domina el estilo impresionista. Con la espátula lleva a los lienzos el paisaje plácido, las flores que “perfuman” o la cadencia de la bailarina de ballet. Sus Quijotes reflejan la tristeza y el encanto que imprimió el Manco de Lepanto al personaje de enjuta figura. Pese al desdén oficial por los artistas y la escasez de compradores de arte, Mondragón avanza. Su pintura, junto con las de Rufino Tamayo, Carlos Mérida y Raymundo Martínez, decora las suites primermundistas del Hotel Nikko.

El gerente de ese hotel, el Sr. Shogo Myzarawa, manifestó su reconocimiento a Mondragón por su participación en el concurso que fue llevado a cabo para seleccionar las pinturas que ya decoran las habitaciones de lujo y contó con la participación de más de 400 pintores.

Algunas de las obras de este artista plástico mexicano forman parte de colecciones privadas japonesas y es de los pocos pintores que exponen en la Galería del Club de Golf Bellavista, donde numerosos aficionados de arte adquieren sus cuadros.

Así avanza el incansable artista de producción inagotable que desde 1971 ha realizado, con inusitado éxito, exposiciones en prestigiadas salas de México, Puerto Rico, Estados Unidos, Canadá y Alemania.

Félix Fuentes, director de la primera
edición del periódico Ovaciones

TRAYECTORIA

Uno de los mejores maestros impresionistas
del tercer milenio

A la vanguardia en este estilo de pintura, el maestro Mondragón nos remonta a las características del arte impresionista: la simplicidad en las formas, las anchas pinceladas y la sorprendente composición; unidas a la característica de este artista: su pintura
terminada parece hecha al relieve.

Mondragón dibuja desde la infancia. A los 14 años ingresa a la academia de pintura y escultura La Esmeralda. Toma diversos talleres independientes y derivados del Instituto Nacional de la Juventud, así como cursos con Angelina Beloff y con el maestro italiano Antonio Bologna, quien le enseña la técnica de la espátula que siguió empleando hasta ya avanzada su carrera.

Las obras de este pintor, a diferencia de las de la época impresionista, sí tienen el acabado y la gama clásica del color. Si usa verdes, trabaja con toda la variedad de verdes, igual que los rojos, amarillos y azules. Sus paisajes nos recuerdan a Camille Corot quien se caracterizaba, al igual que Claude Monet, por pintar al aire libre.

El maestro Mondragón comenta: “me gusta pintar al aire libre para resolver un cuadro: la primera fase me toma un par de semanas y ya con las capas de óleo aplicado a la técnica de la espátula, unas semanas más”. Recorrer la muestra es estar entre flores, bodegones, paisajes y personajes como Don Quijote y Sancho Panza, o bien entre jarrones con flores: uno de los temas favoritos del público que, además de la relación directa con la naturaleza, expresa la esencia del arte del pintor Mondragón.

Eva Beitman

CRONOLOGÍA

Década de 1960:
el nacimiento de un gran artista

“Es increíble la pintura de Mondragón, quien en sus obras plasma la escuela del impresionismo”.
Berta Hidalgo de Gilabert, escritora y crítica de arte.

“Enrique Mondragón, joven valor en la pintura contemporánea”.
María Antonieta de Alba, crítica de arte.

“Este artista ha enriquecido el panorama artístico de nuestra ciudad, ofreciéndonos un alud de cuadros que hablan de las inquietudes profundas del autor, en las que está de manifiesto una expresión de optimismo y de alegría de vivir, por lo que sus lienzos invitan a contemplarlos una y otra vez”.
Berta Hidalgo de Gilabert, escritora y crítica de arte.

Década de 1970:
su talento comienza a brillar

“En cada una de sus obras podemos encontrar fluidez de los trazos, docilidad de la espátula y dominio de las formas humanas y paisajes”.
María Antonieta de Alba, crítica de arte.

Década de 1980:
un artista en ascenso

“Se ha llegado a afirmar inclusive que se trata de un artista que sabe colocar las tonalidades donde las necesitan sus cuadros… autor de la luz”.

Alfonso de Neuvillate, crítico de arte.

“Pintar es su vida, su forma de expresar lo más recóndito de su pensamiento y de su sentir: la manera propia de ver el mundo y a los seres que le rodean”.

María Teresa Santoscoy, crítica de arte.

“Mondragón se ha colocado en México como uno de los seguidores más entusiastas del impresionismo pues es un buscador acucioso de los efectos ópticos, además de que la belleza y variedad del paisaje mexicano han sido el punto de partida. En sus lienzos se advierte lo ‘rembrandesco’ de su formación en lo que al claroscuro se refiere, utilizando en sus figuras y panorámicas esa justeza renacentista”.

Eduardo Tamón, crítico de arte.

“Considerado entre los mejores paisajistas Mexicanos”.

Alfonso de Neuvillate, crítico de arte.

“Enrique Mondragón mantiene un estilo impresionista, lo cual deja viajar nuestros sentidos a lo más recóndito del planeta. Utiliza diversos temas que van desde los vagabundos hasta la gente que labora en el campo, jarrones con hermosas flores y paisajes. En general trata de dignificar al ser humano, mostrando sus diferentes facetas y actividades cotidianas”.

Angélica Zamorano, columnista de arte.

“En mis paisajes, que es a lo que más me dedico, pinto sin atavismos, sin seguir tal escuela o tendencia; sigo en toda mi obra al más grande creador plástico de todos los tiempos y regiones: a Dios, quien creó todos y cada uno de los paisajes en los que se advierte su mano omnipotente hasta en los más diminutos seres del universo”.

Enrique Mondragón.

Década de 1980:
de México para el mundo

“Enrique Mondragón, pintor impresionista que capta con la espátula el instante supremo de la luz y nos deja en sus lienzos texturas lumínicas espesas donde resaltan los colores que contrastan con los espacios blancos aparentemente colocados al azar pero que, unidos en otras tonalidades, conforman la imagen deseada por el artista”.

Eduardo Tamón, crítico de arte.

Década de 1990:
el pintor de la luz y el color

“El que se compromete con la pintura, nunca puede estar en paz. El arte es algo que no se puede abandonar, atrae de una manera incontrolable y despierta un apasionamiento que quita toda la calma al espíritu. Simplemente hay que pintar, y pintar y pintar”.

Enrique Mondragón.

“La obra de Mondragón se caracteriza por lo vibrante que resulta el óleo con la espátula, los colores se entremezclan y se congregan en un entorno policromático que genera una sensación abstracta por la textura de sus pinturas aunque en realidad se trate de una pieza artística realista perfectamente lograda bajo la técnica impresionista a la altura de los grandes maestros de todos los tiempos”.

Del trabajo del óleo y la espátula: “A través de muchos años he aprendido la alquimia del color, para ello no hay mejor maestro que el taller”.

Enrique Mondragón.

“Solo siento la necesidad de pintar y lo hago como una forma de dar a conocer lo mucho que amo la naturaleza y la inspiración constante que me brinda para realizarme como pintor”.

Enrique Mondragón.

“No es necesario ver la firma para saber que es un cuadro de Enrique Mondragón”.

Eduardo Tamón, crítico de arte.

Primera década del 2000:
la consolidación del maestro

“Mondragón se encierra en su estudio y pinta sin sentir que el tiempo pasa”.

María Teresa Santoscoy, crítica de arte.

Década del 2010:
el legado del maestro Mondragón

Cuando tengo a un amado hijo con la afición de dibujar, pintar, etcétera, tuve la suerte de encontrar al maestro Jorge Enrique Mondragón Castro, un gran pintor y maestro a la vez; ya que no todos los maestros saben enseñar.

Recuerdo que Diego, mi hijo, lo primero que pintó fueron unos autos de carrera, para él siempre han sido un gran atractivo. Pero el maestro Mondragón no solo pintaba, tenía mucha afición por la cantada, al grado que un día me regaló un disco de música mexicana grabada por él.

Como soy un fanático de los pintores de parques, hace unos cuantos años, tuve la suerte de encontrármelo en ese bazar de San Jacinto donde exponen los pintores.

Fue un placer haber conocido al maestro Jorge Enrique Mondragón Castro, ya que pertenece a los gratos momentos de mis ayeres.

Muchas gracias.

Mtro. Armando Manzanero

Palabras de un amigo

El quehacer pictórico de Enrique Mondragón me sorprendió desde un inicio por varias razones; en primer lugar la gran calidad en el tratamiento del color en los paisajes que de cierta manera me remiten al trabajo de Odilón Redón y la época de Saturnino Herrán.

Además con un impecable manejo de un estilo impresionista mexicano que resulta de una mezcla entre una gran fuerza expresiva, un impecable manejo del color y una inocencia en el discurso poético que se aprecian conjugados en sus obras.
Por otra parte, con la capacidad de transmitir una increíble ternura en sus pinturas de flores, Enrique dejaba plasmada en sus cuadros, entre muchas otras cualidades artísticas, su gran calidad humana que hacía de él, junto con su esposa, formar parte del vecindario cultural de la colonia San Miguel Chapultepec en la Ciudad de México.

Si bien no charlábamos mucho, prácticamente nos veíamos a diario, cruzando caminos por la acera de la calle de Protasio Tagle. Mondragón, el “Pintor de Cuadros” como él mismo se presentaba, nos hacía esperar impacientes la llegada de la Navidad porque siempre nos obsequiaba una charola de merengues que no duraba mucho tiempo en la mesa de la casa. Enrique Mondragón se entregó a su trabajo pictórico de manera constante y que contrastaba con la personalidad discreta de su persona pero que mantenía total congruencia con un ser sensible, amable y sobre todo muy humano.

Sebastián, escultor

Su incondicional y leal compañera
María Dolores Campero de Mondragón

 

Mención especial a su esposa, su leal
compañera de vida y su apoyo incondicional.

Su familia siempre fue su inspiración,
apoyo y prioridad.